domingo, 14 de septiembre de 2014

Maratón de Colonia

 Una maratón siempre es una maratón, aunque ya la hayas corrido antes. Es una experiencia emocionante, dónde disfrutas de cada metro que recorres, de cada momento que vives, de los paisajes que ves, de la compañía de otros corredores. Cuando hace mes y medio me enteré que me había tocado un dorsal para ir a la Maratón de Colonia, no me lo pensé ni un momento y decidí embarcarme en esta aventura arriesgada, pero a la vez divertida. Ya había corrido tres maratones seguidas en el primer trimestre, pero ir a otro país a correr me apetecía mucho y decidí hacerlo.

Preparados para salir!
Llegaba con una preparación escasa de seis semanas, dónde apenas había acumulado dos tiradas largas (24 y 28 km) con mal ritmo y malas sensaciones, además del dolor en el isquiotibial que aún no había desaparecido, aunque tampoco me impedía correr. Mal momento el hecho de prepararla en verano, ya que no hay momento en el día dónde puedas correr a gusto distancias largas. Para acabar de sumar antecedentes negativos, había planificado mi viaje familiar junto a la maratón y los cuatro días anteriores a la maratón me había recorrido andando Palma de Mallorca y Colonia, llegando físicamente cansado a la cita.

El domingo 14 de septiembre nos levantábamos pronto mi familia y yo para acudir a la Maratón. El tiempo era cómodo para correr, entre los 20-21º, con menor humedad a la cual estamos habituados. Estábamos alojados a media hora en transporte público y nos fuimos con tiempo, llegando a la salida con hora y media de antelación. Una vez ahí, vimos la salida del medio maratón y tomamos algo, a la espera de que se diese el pistoletazo de salida. Un breve calentamiento de 10 min ya me dejo entrever que mi estado físico no era el mejor para cuajar una buena maratón, notando las piernas algo pesadas, pero iba a intentar hacerlo lo mejor posible. 

A las 10.00 am se dio la salida con un temazo de Andreas Bourani - Auf Uns, el cual os recomiendo para vuestras salidas de running, muy motivador, aunque se encuentre en alemán y no entiendas el significado. La intención era ir de menos a más y ser conservador en el primer tramo, progresando poco a poco en el ritmo y posiciones. Al paso del km 5,  primer contratiempo, tuve que parar a atarme de nuevo los cordones que creía haber dejado listos en la salida. Por el km 10, segundo contratiempo, acudí a orinar, quizás por una hidratación excesiva en el inicio. En el paso del 10 llevaba una marca de 48:52 y mis sensaciones eran buenas, con lo que decidí mejorar algo mi velocidad para buscar el 3:25 final. En este primer tramo se alternaban tramos con público a calles menos transitadas, pero no había repechos notables y se podía correr con el mismo ritmo. En la media maratón sabía que me encontraría con mi familia y llegué con suficiente tiempo para poder pararme, darles un beso a mis hijos y mi mujer y proseguir la marcha. En una maratón el tiempo es relativo y no me preocupé por esa pequeña perdida, la compensaba la satisfacción de estar con ellos y darme fuerza para la segunda parte. Había pasado con un tiempo de 1:42:32, en linea para terminar en 3:25 si seguía igual. 

Llegada a Meta
Al empezar la segunda media maratón, mis miedos a desfallecer subían, recordando las experiencias en sevilla o barcelona dónde en algunos momentos lo había pasado realmente mal por haberme marcado un ritmo excesivo o por falta de energía. Aquí iban pasando los kms y seguía estando entero, aunque subiendo algo el ritmo. Sobre el km 26 una pequeña sorpresa, mi familia volvía a estar ahí para darme fuerza, algo que por inesperado me dió doble motivación.  Al paso del km 30 un tiempo de 2:27, lo cual ya me llevaba a pensar que sería complicado marcar un buen registro final, pero lo importante era que seguía estando bien físicamente, algo que se me hacía extraño.  Sin embargo, ya sobre el km 35, tercer y definitivo contratiempo, una sobrecarga en el gemelo derecho, una parte que nunca me suele doler y que se comporta bien, me hizo parar en el avituallamiento. Aprovechando el momento de la hidratación, estiré para evitar romperme. A partir de ahí sufrí porque no podía mantenerme como antes y tenía que parar periódicamente para evitar que la sobrecarga fuera a más. Una vez sabía que no iba a superar mi MMP, ya decidí cuidar mi estado y simplemente traté de llegar a meta, marcándome unos últimos 2.195m en 15 min aprox, lo cual daba reflejo de mi situación. Esta vez había planificado correctamente la carrera, pero probablemente había llegado excesivamente fatigado debido a los cuatro días anteriores y en el tramo final me pasó factura. Mi tiempo de 3:41:23 final, la peor marca en lo que va de año, no me preocupaba en exceso, pues la maratón de Colonia la tenía planificada como un punto en el camino a la Maratón de Valencia, pero si hubiese preferido hacerlo mejor y haber obtenido un mejor resultado. 

Finisher con la medalla!
De todos modos, volvía a sentirme maratoniano y lo que más me apasiona de esta carrera es que cada una de ellas es única y te deja nuevas experiencias. En otras distancias puedes disimular estados anímicos, físicos, lesiones o dolores, pero aquí todos se magnifican y te sitúan dónde te mereces. Para el futuro maratón que corra en el extranjero, aprovecharé la visita para ver todas las atracciones turísticas que existan, pero seguramente lo haga todo después de correr. Espero no caer dos veces en la misma piedra. Para aquellos que hayáis pensado en correr esta Maratón, el clima y el perfil son muy aconsejables para hacerla, pero el recorrido es bastante vulgar y solo la parte final cerca de la Catedral es realmente especial. Ahora a planificar estos dos meses hasta Valencia para afinarme y batir, esta vez si o si, mi MMP de 3:27:50!