domingo, 23 de febrero de 2014

XXX Maratón de Sevilla

El dia 23 de febrero llegó el día D. En la habitación, el despertador puesto a las 06:00 y todo preparado. El día anterior había comido hidratos de carbono suficientes, pero mi desayuno era escaso, apenas cuatro galletas y un zumo de melocotón. No obstante, creí que eran suficientes. Una vez todo listo, me acerqué al Parlamento Sevillano para coger un autobús lanzadera hacía el Estadio, punto de partida de la maratón. Ahí había quedado con Emilio, un amigo compañero del club. Llegamos con suficiente tiempo y acudimos al guardarropa a dejarlo todo.

Ya estábamos listos, foto de rigor y acudimos a los cajones de salida. Mi tercera maratón, además en Sevilla, que tiene un color especial. En mi cajón todo perfecto, mucha gente preparándose y saltando de alegría. Los nervios están a flor de piel, sólo quedaba escuchar AC/DC y salir a comernos el asfalto!

Empecé buscando la liebre de 3:15, me había situado cerca y llevaba el globo, con lo cual sería fácil reconocerla, pero en dos minutos el globo desaparece y perdí mi referencia. Me pasé los tres primeros quilometros tratando de buscarla, aunque no debería andar muy lejos, era complicado entre tantos corredores, solo se le distinguía por el dorsal. Una vez le ví, calqué sus tiempos y todo salía según lo previsto. La liebre, muy charlatana y alocada esta vez, estaba yendo más rápida de lo debido y, aunque no tenía problemas para seguirla, no creí que fuese la mejor estrategia. Cerca de la liebre ví a un grupo de corredores del mismo club que también iban a 3:15 y decidí seguirles a ellos. Estos, incluso, iban algo más rápidos, pero parecían más concentrados y me daban tranquilidad. El paso por el km 10 lo hicé en 44:30 aprox.

Tenía previsto tomarme los geles en los kms 15,25 y 35, tal y como hice en Tarragona. Al paso del km 15 todo va bien, iba un par de minutos por encima de la referencia marcada, la cual mantuve hasta el km 21 (tiempo de paso 1:35:00 aprox) pero ahí ya empecé a notar que la gasolina se me estaba agotando y tenía que bajar el ritmo para poder continuar. Los siguientes cuatro quilómetros después de la media empecé a sufrir, mucho, más que cualquier otra vez, teniendo que separarme al lado derecho y siendo continuamente adelantado por cientos de corredores. Mi ritmo había bajado en picado y, aunque no lo recuerdo exactamente, creo que es en el avituallamiento del km 27 dónde empecé a ponerme andar y pensar si debía abandonar o continuar en ese estado. Había encontrado el hombre del mazo en toda la frente. Me olvidé completamente de mi objetivo y tan solo anduve, cabizbajo, creyendo que había impuesto un ritmo muy alto hasta el momento y que había sido excesivamente ambicioso. Intenté incorporarme en algunos momentos, pero al cabo de 1 km, volvía a andar.En el km 30 y 31 acabé marcando dos parciales en 6:20 y 6:47, si hubiera sabido dónde estaba y como llegar al estadio, probablemente me habría retirado. Ahí va un vídeo del km 30, a mano izquierda de la imagen se me ve llegar andando y pidiendo que me pongan reflex en el isquiotibial. 




Empecé a pensar porque estaba en Sevilla. 125 amigos me habían dado su granito de arena para que yo estuviera allí y no podía fallarles, tenía que acabar la maratón y ademas, la medalla me encantaba. También lo mejor del recorrido estaba por hacer. Continué sumando kms del mismo modo, en algunas ocasiones volviendo a andar, pero ya iba descontando y empecé a ver la luz al final. Desde el km 25 casi ni miré el reloj, algo que en condiciones normales hago frecuentemente, y creo que es sobre el km 38 dónde me pasa la liebre de 3:30. Esa aún mantenía su globo. Me satisfacía pensar que, habiéndolo hecho tan mal, la liebre me pasará tan tarde e intenté sacar fuerzas para terminar con un tiempo decente. En el km 40 también ví a Alma Obregón, la famosa presentadora de cupcakes del programa Divinity, que me pasó como un rayo. Decidí tratar de terminar con ella, pero llevaba un ritmo de crucero esplendido y me conformé con darle ánimos y seguir a lo mío. Ella iba a un ritmo de 5:00 que para mi era excesivo, quien lo iba a decir después de pasarme en 4:27 los primeros 21 kms.

La entrada al estadio fue genial. Me sentí muy importante, los últimos 400 m volé, había mucho público. En ese tramo, ya nadie me adelantaba, es más, alguno que otro avancé. Pasado el arco de meta, apreté el puño en alto y celebré haber terminado. Me sentía orgulloso, había sabido recomponerme y, aunque no había podido batir mi MMP y me pegué un buen batacazo,volví a ser runner, había vuelto a terminar una Maratón.

De esta experiencia he sacado varias conclusiones. La maratón no es una distancia cualquiera, le tienes que tener mucho respeto. Puedes plantearte correr 10.000 y medias maratones sin excesivas complicaciones, pero a la Maratón le tienes que llamar por su nombre y en mayúscula. Espero tenerlo grabado para todas las próximas participaciones que tenga que hacer. Seguramente el gran fallo de esta ha sido la preparación y la ambición. Es muy probable que me falte mucho quilometraje para los retos que me estoy planteando. Si además, sales excesivamente rápido, en algún momento la carrera te pondrá en tu lugar. También creo que debía haber desayunado mucho más, en el momento de la carrera hacía 14 horas de mi última comida, un plato de pasta. Quizás demasiado tiempo y por eso mi rendimiento decayó tan pronto. Una vez has terminado ya no puedes rectificarlo, pero se aprende más de las derrotas y, aunque no me siento derrotado, creo que tengo capacidad de hacerlo mucho mejor. Lo bueno es que el running no para y en muy poco tiempo volveré a encontrarme con la distancia de Filipides.


Agradecer a Victory Endurance que me haya podido tocar un dorsal, sin ellos no hubiera sido posible. Agradecer a toda la gente que me votó para que me tocase, en medio día obtuvé más de cien votos y algunos incluso no pudieron hacerlo. Gracias a mi mujer y a mi madre, ellas colaboraron como relaciones públicas para armar el jaleo. Y, sobretodo, agradecer a los voluntarios y al público de la Maratón. La gente no se cansa de animar y ayudarnos, nosotros muchas veces no somos conscientes, pero aún recuerdo todos aquellos que en los peores momentos gritaban “Jordi, tú puedes, no te queda ná!”. Un corredor, dorsal 3967, me ayudó constantemente a sacar ánimos y continuar. A esa persona, darle mil gracias también. Ahora en menos de tres semanas volveré a correr la distancia y podré volver a experimentar mil sensaciones, pero lo que ha pasado en Sevilla va a quedar grabado en la retina para siempre. Además, me he jurado volver a correrla y disfrutarla, esperando que esta vez el hombre del mazo no pasé a visitarme.  


domingo, 2 de febrero de 2014

Mitja Marató de Granollers

Llegábamos a la Mitja Marató de Granollers, seguramente una de las mejores a nivel estatal, lo cual una vez finalizada puedo asegurar que así es. Alta participación de corredores y bastantes élites, muy buena organización y lo más importante, mucho público durante prácticamente todo el recorrido. Venía dispuesto a romper el crono y bajar de la 1:30, se suele decir que dos semanas después de correr una maratón es un buen momento y la intención ahí estaba.

Me desplacé con Alfredo, runner del Vendrell, hasta la salida. Ahí recogí el dorsal para poder correr la prueba. Había madrugado bastante, si no recuerdo mal a las 6:00 ya me estaba levantando y la carrera era a las 11:00. Todo preparado, nos fuimos acercando a la linea de salida que estaba relativamente cerca de la llegada, aunque no era el mismo lugar. Ahí me crucé con Robert Mayoral, triatleta amateur que suele hacer de liebre en algunas de las carreras a las que ya he ido. Ese día iba a ir a su ritmo, así que nos saludamos y cada uno a por lo suyo. 

Salida Mitja Marató
La Mitja de Granollers tiene una característica importante, se sube continuamente durante los primeros 10-11 kms y luego se baja hasta el final. El desnivel de la competición no es duro, pero hay recorridos mucho más llanos para hacer una buena marca. Mi idea era subir alegremente, sin sobrepasarme, para llegar arriba y calcular como debía volar bajando para hacer mi nueva mejor marca personal. 

La primera parte la hice correctamente. En los 5 km hice 21:45 y en los 10 km 44:11. Eran tiempos que, de seguir así, me acercarían al objetivo, dado que además los había hecho subiendo. Sin embargo, las sensaciones estaban siendo malas. Además un mal cálculo con los líquidos me llevo a beber demasiado y tuve que pararme para hacer mis necesidades. Ahí llegó mi punto de inflexión, las piernas habían dejado de responder y mentalmente veía complicado llegar a mi objetivo, con lo cual me dediqué simplemente a correr, siendo de bajada no tendría problemas. El dolor en el isquiotibial iba a más, para evitarlo era preferible correr en llano o en subida, pero no tenía esa suerte. Me estuvieron adelantando muchos corredores y me relajé saludando a la gente que había ido a ver la carrera y a chocarle las manos a todos los peques que estaban en la acera. Mi tiempo ya había quedado en segundo plano, otro día lo intentaría, quedaba disfrutar de la Mitja. 

Mi llegada a meta, aunque salgo bastante escondido
Al final 1:37:16, un mal tiempo para mis expectativas, pero que, analizando mi carrera, no esta del todo mal. En el año de mi debut había logrado un 1:40 en la mejor de mis medias, el año pasado un 1:32, pero en muchas medias el resultado fue similar al obtenido durante esta Mitja. Por lo tanto, a 20 días de la Maratón de Sevilla, toca cambiar el chip y prepararse de nuevo para ser maratoniano. Tengo claro que puedo bajar del 1:30, pero ese registro tendrá aún que esperar.