domingo, 30 de noviembre de 2014

Mitja Marató de Tarragona

Apenas dos semanas más tarde de la Maratón de Valencia, ya con los objetivos cumplidos esta temporada, llegaba a la Mitja de Tarragona con dos semanas de pocas sesiones de entrenamiento y totalmente recuperadoras, sin forzar la máquina, así que mi estado era una incognita. Mentalmente me sentía ya con el trabajo hecho y venía simplemente a disfrutar, a tratar de hacer un buen papel. A primera hora de la mañana me desplazaba con gente del club a la zona de salida. Para la carrera habían pronosticado lluvias y viento y aunque al principio parecía que nos daría una tregua, nada más lejos de la realidad: llegando a la salida la lluvia ya estaba asomando y el viento ya empezaba a soplar, así que nos esperaba una dura carrera. 

Hoy estreno de la nueva camiseta!
A poco de la salida, y como es habitual cuando hay carreras en nuestra zona, foto oficial del club con los más de 40 corredores que ibamos a realizar las carreras de 10 km y 21 km. Correr se corre solo, pero correr con amigos es más gratificante que ser independiente, los ánimos entre nosotros en la carrera se van sucediendo y nos vamos dando fuerza mutuamente. 

A las 10.00 se daba la salida de la Mitja conjuntamente con la carrera de 10 km. La lluvia había descendido, pero los charcos eran numerosos y se hacía complicado córrer sin pisarlos. Yo tenía intención de ir con la liebre de 1:30 como ya hice en el Vendrell, la cual había salido practicamente medio minuto antes que yo. Fui recuperando hasta situarme a su altura y meterme entre el grupo para resguardarme del aire, el ritmo me era cómodo. En esta fase de la carrera la lluvia empezaba a apretar y el aire, aún sin ser fuerte, nos era bastante molesto.  Sobre el km 8, yendo todo según lo previsto, la liebre se para para atarse los cordones y en el grupo nos quedabamos algo confusos, aunque se seguía tirando.

Paso por el km 10

Yo ahí me noté fuerte y decidí irme hacía adelante, apretando los dientes y empezando a pasar corredores. Sobre el km 10 ya había ganado algo más de 30 segundos sobre el grupo y poco a poco me iba distanciando, con lo cual empiezo a correr solo a ritmo de 4 min/km. Sin embargo, en este segundo tramo de la Mitja, había dos largas rectas de ida y vuelta al lado del mar dónde el aire apretaba de lo lindo. Yendo solo me costaba bastante avanzar y mis tiempos lo notaban, aunque para el resto de corredores la situación era la misma.  En la segunda de las rectas trataba de agarrarme a un grupo de corredores que me ayudasenn ligeramente a sobrellevarlo, pero el aire en contra me seguía lastrando y pasado el km 19 perdía el contacto con ellos. En el km 20 ya nos acercabamos a meta y dejabamos la zona más complicada del circuito, consiguiendo subir el ritmo y adelantar a algunos corredores más hasta entrar en meta y marcar nueva MMP, 1:28:40, siendo el 170 clasificado de más de 1.700 corredores. 

con la gran María Vasco, campeona de la Mitja
La verdad es que no me esperaba que, dado el circuito, la climatología adversa y mis condiciones físicas, pudiera hoy volver a batir mi MMP en media maratón. Supongo que el hecho de llegar descansado y con el trabajo hecho de la Maratón me ha ayudado a dar un punto más. Aún asi las condiciones no han ayudado, con lo cual próximamente podré volver a mejorar si sigo con esta progresión. Ahora en dos semanas la Mitja de Salou, la que en principio iba a ser para cerrar la temporada se convierte ahora en un nuevo reto para el cual trataré de llegar a tope. 




domingo, 16 de noviembre de 2014

34º Maratón de Valencia Trinidad Alfonso

El día 16 de noviembre llegaba mi gran objetivo en este segundo semestre, la Maratón de Valencia. Ya hacía muchos meses que había realizado la inscripción y la reserva del hotel, tenía que claro que iba a ser la carrera a la cual iba a enfocar todos mis esfuerzos en lograr un buen resultado. Esta vez, a diferencia de otras carreras, todo estaba mejor planificado para optimizar mi resultado, desplazándome el viernes junto a mi familia y pasar un sábado tranquilo a la espera del gran día. 

Selfie antes de empezar!
El domingo amanecía el día con un ligero viento, mucho menor que el que habíamos tenido todo el sábado en Valencia y que a los más de 13.000 maratonianos que íbamos a correr nos había asustado. Las previsiones eran que a lo largo de la mañana el viento iba a ir creciendo en intensidad, pero de todos modos no nos podíamos quejar ante las expectativas del día anterior. Un desayuno ligero (la noche anterior había cenado en exceso para que no me faltase energía) y a desplazarse hasta el punto de salida a la Ciudad de las Artes y las Ciencias con mi mujer. La salida iba a darse a las 09.00 am y había que acudir con suficiente tiempo para disfrutar de ese momento, de los más mágicos para un maratoniano: los minutos previos al pistoletazo de salida.

A punto de empezar!
Allí, incrustado entre miles de atletas, estaba yo preparado para volver a correr una Maratón, mi quinta este 2014 y con las mismas ganas que al principio. Es una carrera que, por mucho que la hayas corrido antes, te motiva especialmente y nada más terminarla deseas volver a correrla. Miras alrededor y todos los atletas están concentrados, con la mirada perdida, deseando que empiece la fiesta y las piernas empiecen a moverse. Yo, esta vez, estaba más tranquilo que de costumbre, sabiendo que la carrera era muy larga y que al principio solo me tendría que preocupar de disfrutar, ya tocaría sufrir al final. Finalmente salíamos y empezaba mi carrera. El objetivo era acercarme al 3:15 y para eso me había fijado un ritmo medio de 4:35 que se acercaba, si lo mantenía durante los 42.195m, a esa marca. En los primeros cinco quilómetros, como ya hice en Colonia, trataba de coger ritmo y apretar algo para irme acercando a mi ritmo medio, ya que había mucha saturación de corredores lentos y había tenido que adelantar bastante. Sírvase de ejemplo que pase por la línea de salida cuando ya habían pasado más de 3 minutos y que durante este primer tramo había adelantado a las liebres de 3:45 y 3:30, sin llegar nunca a contactar con la de 3:15. A los diez kms el ritmo se había estabilizado y se podía correr con más tranquilidad, yendo todo según lo previsto. 

Al paso por el km 28
Intuía que hasta el km 30 todo iba a ir bien, pero a partir del km 12-13 me empezaba a doler el estomago, siendo el dolor más intenso a medida que iban pasando los kms. Si hubiese sido una media maratón, sabía que hasta la meta podría haber llegado, pero quedandome tantos quilómetros por delante era muy complicado seguir sufriendo, así que decidí salir del maratón en la búsqueda de un lavabo. Al segundo de los intentos, sobre el km 19, pude parar y recuperarme, aunque dejandome por el camino unos valiosos minutos (calculé entre 3-4 min), lo que ya me complicaba en exceso mi marca. De todos modos, durante todos los kms que corrí con dolor, mi objetivo había pasado a terminar al menos la Maratón, así que una vez me reincorporé y vi que volvía a encontrarme mejor, seguí con la Maratón en la búsqueda de, al menos, un buen tiempo.

El segundo tramo de la Maratón se planteaba entonces de otra manera. Si seguía con el ritmo, podría estar cerca del 3:20-3:25, así que volví a ponerme las pilas y a tirar hacía adelante. En el km 28 aprox me encontraba con toda la familia y cogía todos los ánimos necesarios para terminar. En este tramo (21-30) los ritmos medios habían sido de 4:45, algo altos, pero tampoco quería forzar porque aún quedaba mucha tela por cortar.

Mi nueva medalla, finisher!
Se dice que en la Maratón se hacen 30 kms con las piernas, 12 kms con la cabeza y 195 m con el corazón. Algo así me ocurrió a mi esta vez. Una vez pasado el km 30 mis piernas empezaron a quedarse sin energía, rígidas y con calambres de nuevo en los isquiotibiales. Seguramente el no haber pasado de dos tiradas de 24 km para la preparación de esta maratón me estaba pasando factura. A diferencia de otras maratones, sobretodo en lo ocurrido en Colonia hacía dos meses dónde el dolor me pudo, mentalmente decidí pasarle la pelota a la cabeza y que esta mandase, así que por mucho dolor que sintiese, no iba a parar hasta cruzar la línea de meta. Con sufrimiento fui descontando los últimos kms de la maratón, como una cuenta atras en modo super lento, ya buscando mi gloria particular. Gracias al circuito, desde el km 33-34 hasta el final (sobretodo en los últimos 4 kms), la afluencia de público era espectacular, sintiéndonos los maratonianos como ciclistas en pleno Tourmalet, sin apenas poder pasar entre la gente, con mucho ánimo y con mucho coraje. Los ritmos aquí ya eran lo de menos, ya se trataba de sobrevivir, pero por suerte mis tiempos se habían estabilizado en 5 min/km y podría acabar la Maratón mejorando mi MMP. Ya en la parte final, algunas lágrimas por todo lo conseguido, una alegría inmensa porque iba a ser de nuevo maratoniano y a poco de la meta, de nuevo mi familia apoyandome en esta travesía. Unos últimos 195m sobre el agua y volvía a ser finisher, con un tiempo real de 3:25:34 y sintiendo que esta había sido la mejor de mis Maratones.

2014: 5 Maratones (TGN, SEV, BCN, KLN, VLC) !!
De nuevo una maratón y de nuevo muchas historias que contar. No deja de sorprenderme lo difícil que es tener una maratón sin sobresaltos, yo de momento llevo seis y en todas ellas tengo mucho a explicar. Esta carrera te sitúa dónde te mereces y convierte cualquier contratiempo en un handicap muy duro, llevándote mental y físicamente a unos extremos que otras disciplinas atléticas no consiguen. Mi profunda admiración a esta distancia, a todos aquellos excepcionales corredores que la disfrutan y la sufren a la vez, tanto a aquellos que la logran terminar como los que se quedan en el camino, porque seguramente es un reto mayúsculo para todos los corredores populares que tenemos que sacar tiempo de dónde no lo hay para prepararnos y disfrutar del espectáculo. Porque para pocos minutos de gloria, las horas que hemos sufrido en soledad no los las quita nadie, así que felicitaciones a todos aquellos que sois finishers y a los que no, os lo recomiendo, al menos una vez, para que sepáis que todo lo que podáis soñar, lo podéis lograr.






domingo, 2 de noviembre de 2014

Mitja Marató del Vendrell 2014

Feliz, muy feliz. Esa es la principal sensación que me llevo de la carrera que hoy he disputado en la Mitja del Vendrell. Cuando empecé a correr mi principal objetivo era terminar una Maratón. Pero también es cierto que a medida que he ido corriendo no sólo quería ser un finisher, sino también poder superarme y alcanzar un buen nivel, aún a sabiendas que sería imposible ganar nunca una carrera. Para mi existía una barrera psicológica en la media maratón, que los que me leéis habitualmente sabéis que es mi distancia favorita: bajar de la 1:30. Habiendo ya corrido 13 medias maratones, llegaba a la decimocuarta con la intención de rebajar ese tiempo y marcar un hito en mi vida runner. Un par de semanas antes me había quedado a 5 segundos, con lo cual sabía que podría llegar a ese objetivo, aunque no sin sufrimiento. 

Nutriéndome de la fuerza de Alberto
Durante la semana había entrenado duro, llegando al domingo con una carga de 44 kms, 24 de ellos en una tirada larga el miércoles, buscando el estado óptimo para la Maratón de Valencia. El domingo empezaba la mañana desplazándome con toda la familia al Vendrell y llegaba con el tiempo bastante apurado, rodando apenas cinco minutos antes de empezar la carrera. Ahí coincidía, entre otros, con el otro representante del club, Martín Olmedo, con quién me echaba unas risas para rebajar la tensión del momento. 

El inicio se daba a las 10.00 de la mañana, en un circuito bastante llano aunque con algunos repechos considerables, sobretodo en el tramo final, circuito al que teníamos que dar dos vueltas. La intención sería ir todo el rato con mis dos liebres favoritas, Robert Mayoral y Dani Sanchez, las dos liebres que la organización había puesto para llegar al objetivo de 1:30. Al principio, como es normal, se creaba un grupo bastante numeroso con la mezcla de los que hacíamos la media maratón y los que corrían 10 kms. Las liebres llevaban los tiempos iban muy bien marcados, teniendo en cuenta las subidas, con lo cual siempre íbamos llevando alrededor de 20-30 segundos sobre el objetivo para no ir al límite en el tramo final. Hasta el paso por el km 10 yo me había incrustado en el interior del grupo, tratando de conservar las máximas fuerzas posibles.
Grupo de 1:30 por el km 14
En ese avituallamiento, km 10, me avanzo algo para coger agua con tranquilidad y me pongo a tirar durante 3 kms del grupo, relevando a las liebres y dándoles algo de oxigeno. Ahí me siento cómodo y por algunos momentos pienso en irme hacía adelante, más cuando el compañero que tengo tirando conmigo se despide de nosotros y da un acelerón importante, pero finalmente desisto y las liebres vuelven a tirar del grupo, el cual ya era más pequeño, aprox. 12 personas. Del km 15 al 20 tengo algunos momentos de flaqueza y en algún tramo pierdo algún metro, teniendo dificultades para contactar, pero finalmente consigo no perderlos, mientras que otros van cayendo por el camino. En el km 20, en la última gran recta, me despido de las liebres y me voy, buscando robarle algunos segundos al crono para tener tiempo de entrar a meta con mis dos hijos. Ahí, practicamente en línea de meta, me paro y mi mujer me los cede, pasando por meta con ellos y cerrando el crono en 1:29:45. 

Entrando a meta con mis dos tesoros
La sensación es de haber cerrado el círculo que inicié hace dos años en El Vendrell. En mi primera media maratón en el 2012 obtuve 1:50:01, un año más  tarde en el 2013 pase por meta en 1:39:28 y este año ya bajaba de 1:30. Siempre el Vendrell es una prueba de paso hacía otras metas objetivo, como este año la Maratón de Valencia, pero las alegrías que he obtenido en esta localidad son muchas. En dos semanas puede pasar de todo en Valencia, espero que todo sea positivo, pero mi sprint final de temporada esta resultando muy gratificante, aunque lo que hay que recordar siempre, porque también vendrán malos días, es DISFRUTAR del running.